viernes, 4 de mayo de 2007

Rodríguez Ibarra dijo ayer, según la prensa local, que ya se han elaborado 15.000 materiales digitales [educativos] por los 15 profesores que a ello se dedican. Lo que supone una productividad enorme: más de uno diario (en días laborables) por cada profesor durante tres años, sin tener en cuenta que algunas habrán necesitado más de un profesor.

También cree que el texto escolar desaparecerá, pues será sustituido por discos o por bancos de datos. No creemos que el texto escolar desaparezca (ya nos gustaría) y, en todo caso, su sustitución tendría los mismos inconvenientes (o más, porque el medio tecnológico es más complejo de uso y más potente de contenido) que el libro de texto. Parece más lógico pensar que convivirán los dos medios.

En ambas declaraciones subyace la idea de educación como transmisión de datos. Pero si queremos educar, desarrollar capacidades, debemos centrarnos en la creación, en la resolución de problemas, en la comunicación, el trabajo en equipo, las habilidades básicas… y las tecnologías son herramientas extraordinarias para ello.

Las tecnologías han de incorporarse al aula, pero de una forma distinta a como se podría imaginar. Han de crear nuevos espacios, nuevos métodos, nuevos currículos que faciliten la adquisición de capacidades. Desde luego la información es necesaria para la formación (los bancos de datos o Internet, como dice nuestro presidente), pero la labor esencial de las tecnologías es la de posibilitar el descubrimiento, la relación, la inferencia, la creación,… de una nueva forma. Y para ello no son necesarias demasiadas aplicaciones, sino el uso imaginativo de las que hay.

Por otra parte el uso de la herramienta tecnológica con nuevas metodologías no llega al aula, posiblemente porque el profesor se quede en el estudio de la herramienta, sin aplicarlo a su praxis diaria o haciéndolo, en el mejor de los casos como repetición de un contenido y una metodología tradicional con el ordenador.

Creemos que lo que hace falta es ese diseño de una actividad concreta para un aula concreta. No se piense necesariamente en un tema tradicional. Habrá que crear contenidos que sustituyan a los actuales pero que logren de mejor manera la adquisición de las mismas capacidades.

Esta labor es gravosa para el profesorado y la manera lógica de suavizarla es el trabajo en equipo, naturalmente en el departamento.

Así pues, esperemos que en Extremadura se fomente otra forma de trabajo: ayudas a los departamentos (u otros grupos) que diseñen o realicen auténtica investigación en el aula en educación, que se puedan divulgar y evaluar sus ideas y su rendimiento, mayor libertad en el currículo para poder llevar a cabo la innovación, adecuación de las evaluaciones externas (por ejemplo, la selectividad) al uso de las tecnologías, difusión de unidades didácticas creativas para poderse aplicar directamente al aula, etc.

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